CLUB ELVIS Un microrelato en homenaje al Rey del Rock and Roll

 
 CLUB ELVIS
 
Éramos un grupo, unos cuantos fanáticos de Elvis que, cada jueves nos reuníamos para intercambiar opiniones del Rey del rock. Así poco a poco cada año se fueron agregando más personas y fundamos un club de fans.
En el fondo cada uno de nosotros sabíamos que el Rey vivía, no nos importaba el haber visto con nuestros propios ojos la tumba de Elvis, en  Graceland. No, éramos un club de fanáticos, seguíamos la religión del rock and roll y Elvis era nuestro Dios, así de sencillo; nuestra biblia, estaba llena de versículos, con nombres como "Suspicious Minds", "In the Ghetto"...
La idea fue mía, lo confieso ahora que ha pasado el tiempo, y no he dejado de arrepentirme de una de las mayores tonterías que he llegado a hacer y lo que aún podría parecer más triste, el llegar a corrérmela.
Un día, llame a la redacción de un periódico de tirada nacional, le dije al hombre que llevaba el tema de anuncios por palabras en el periódico que quería insertar un anuncio en la tirada de aquel domingo. Le esplique cual era mi idea del anuncio y acordamos incluirlo en las paginas centrales.
La mañana del domingo madrugue como nunca para acercarme hasta el kiosco, a comprar un ejemplar del periódico; lo abrí por la paginas centrales y vi que allí estaba el anuncio. Ahora solo quedaba esperar.
Pase la tarde del domingo tumbado en la cama, junto al ordenador portátil. Tenia mi cuenta de correo abierta, esperando recibir algún mensaje,; pero la tarde paso y no había contestación. Traté de mantener la calma.
El lunes, no fue diferente, otro día tumbado en la cama, llame a la oficina y dije que estaba enfermo, que no acudiría a trabajar en toda la semana. Ya comenzaba a estar un poco más nervioso, solo me relajaba en los momentos en que dejaba sonar mi colección de vinilos de Elvis. Pasaron los días y no había contestación a mi anuncio en el periódico. El viernes, me llamo el jefe de mi oficina, para recordarme mis obligaciones, algunos miembros del club de Elvis también me llamaron para preguntarme si había visto el anuncio insertado en las paginas del periódico del domingo. 
Me mantenía pegado a la pantalla, imaginando que tenia respuesta, a cada hora volvía a mirar la bandeja de mensajes recibidos y cada vez me desesperaba más al ver que solo recibía correo basura.
Paso una semana, no me despegue de la pantalla del ordenador; solo para dormir, cuando el sueño me venció; seguía encerrado en casa esperando ese mensaje. Recibí una carta de la oficina de mi jefe, en plan amenazador; poco me importaba. Estaba desesperado, angustiado y comenzaba a pensar como se me había ocurrido aquella locura, como había creído que llegaría a tener respuesta... Debía de dar por terminada aquella situación que yo mismo me había creado.
Fui a la cocina, tome unas tijeras de cortar pescado y busque el periódico del domingo pasado. Encontré la pagina central y recorté el anuncio. Volví a leerlo en voz alta, antes de guardarlo en mi cartera.
 
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* Un relato escrito por El Astronauta Sonoro. Todos los derechos son propiedad de este Blog.
 
 
 ** Este es el primer relato del Astronauta Sonoro que aparece publicado en su blog.

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